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16 años del sabotaje petrolero: una traición que impulsó el nacimiento de la Nueva PDVSA

PDVSA.COM /
Domingo, 02 Diciembre 2018

Caracas.- Para las mujeres y hombres comprometidos con el avance y fortalecimiento del proyecto socialista bolivariano, los años 2002-2003 quedaron grabados como los años del empoderamiento popular de frente contra los elementos de derecha adversos a la materialización de la mayor suma felicidad posible, que aspiraba nuestro Libertador, Simón Bolívar, para cada venezolano y venezolana desde la gesta independentista.

De manera especial, cada trabajadora y trabajador revolucionario de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) conoce el valor de la solidaridad, la convicción de ideas y la resistencia, puestos a prueba en el aciago lapso que supuso el sabotaje petrolero impulsado por factores de derecha, y que a costo de organización y valentía fue derrotado hace 16 años.

Como un coletazo del fracasado golpe de Estado de abril de 2002, las fuerzas reaccionarias enquistadas en PDVSA intentaron dar al traste con el gobierno democráticamente electo del Comandante Hugo Chávez, a través de lo que hicieron llamar “paro petrolero”, con el respaldo de otras instancias apátridas y financiadas por el capital imperial, como Fedecámaras y una organización fantasma de la derecha local autodenominada “Coordinadora Democrática”.

Originalmente convocado por espacio de 24 horas, este “paro” devenido en atroz sabotaje comenzó el 2 de diciembre de 2002 y se extendió con el arbitrario fondeo del tanquero petrolero entonces llamado “Pilín León” y la amenaza de no reactivar su marcha hasta que “Chávez se vaya del poder”.

Cumpliendo órdens imperialistas, un grupo de empleados y trabajadores de PDVSA, enemigos del pueblo y de la Revolución, no sólo dejaron de asistir a sus labores, sino que perpetraron actos vandálicos contra las instalaciones, procesos modulares –como la extracción y distribución de crudo y sus derivados–  y demás bienes de la empresa, que son en realidad del pueblo venezolano, afectando la producción y refinación de hidrocarburos en nuestro país.

Era creencia a ciegas de la bancada derechista que, liquidando nuestra principal industria echarían por tierra al Gobierno Bolivariano. Pero no contaban con el despertar de conciencia del pueblo venezolano, inspirado por nuestro gigante Hugo Chávez, puesto ya una vez de manifiesto meses atrás, en abril de 2002, cuando sin temor salió a reclamar la vuelta de su presidente legítimamente electo, que las fuerzas derechistas pretendieron secuestrar.

Así, el entonces presidente de PDVSA, Alí Rodríguez Araque, invitó a los trabajadores de la petrolera a regresar a sus puestos de trabajo y desoír las órdenes de gerentes y jefes inmediatos que fungían como agentes de la derecha apátrida, y llamó al pueblo de Venezuela a concentrarse a las puertas de todas las instalaciones petroleras para colaborar en el desarrollo de procesos que pretendían ser saboteados, como la distribución de combustible y la presencia humana en las sedes de PDVSA.

En respuesta comprometida y revolucionaria ante el deber patriota, las hijas e hijos de Bolívar hicieron frente a las fuerzas antinacionales por espacio de tres meses, respaldando las valientes acciones tomadas día a día por el presidente Hugo Chávez, que fueron desde reactivar las embarcaciones petroleras, hasta el despido de muchos de los responsables de este brutal sabotaje, que trajo pérdidas por el orden de los 16 mil millones de dólares.

La recuperación fue paulatina, y nada fácil, tomando en cuenta el daño causado por las fuerzas saboteadoras. Entre las acciones emprendidas por los trabajadores patriotas se logró restituir el gran cerebro informático, eje central del funcionamiento de la industria y sin el cual no pueden efectuarse delicados procesos medulares. Seguidamente se reconquistó el control de la flota naviera y se fueron reactivando áreas boicoteadas como el Centro de Refinación Paraguaná, la producción de los campos de Oriente, Faja, Centro Sur y Occidente por mencionar algunos. Finalmente, con el emblemático encendido de mechurrios en varias áreas operacionales, oficialmente quedó derrotado el sabotaje petrolero.

A 16 años de esa lección de conjunción de fuerzas, solidaridad y convicción inquebrantable, es menester invocar ese espíritu de lucha que hombres y mujeres desplegaron ante la circunstancia,  único motor capaz de marcar la materialización del legado que nos dejó el Comandante Hugo Chávez para la felicidad de las venezolanas y los venezolanos.

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